Durante
un viaje a Kenia, Guillermo Martínez, un joven madrileño de 25 años con ganas
de ayudar, fue consciente de la cantidad de personas con problemas en sus vidas
diarias, muchas de ellas con miembros amputados “por hallarse en territorios
con campos de minas o por haber sufrido conflictos bélicos”. De ahí surgió la
idea de utilizar sus conocimientos tecnológicos para buscar una solución a
alguna de estas personas en África, a través de la impresión en 3D, un
movimiento solidario que gana adeptos en la red con iniciativas para crear
prótesis en colegios e instituciones que disponen de estas impresoras para
enviarlas a gente que las necesita.
“Buscábamos
un proyecto que vinculara el uso de nuevas tecnologías con valores como la
solidaridad”, expresa Mariluz Álvarez, profesora de Plástica de Las Acacias,
centro que junto al Montecastelo se han apuntado para colaborar con “Ayúdame
3D”, la iniciativa de Martínez, que tras la experiencia personal de Kenia ya ha
realizado más de 100 envíos a 34 países, con la ayuda de equipos que de manera
altruista se unen a su causa.
El alumnado
empezará por lo más simple: una prótesis de mano. Martínez visitó ayer este
colegio vigués para explicar las fases y los puntos clave para la elaboración
de una prótesis de mano. “Trabajamos con piezas ya impresas en 3D, que se
diseñan previamente con un programa. La explicación se basó en cómo unir todas
las piezas para llegar a la prótesis final”, expresa la docente. Esperan tener
la primera en enero: “en Navidad vamos a vender llaveros, elaborados también
con impresión 3D, para recaudar dinero precisamente para este proyecto”.
Faro de Vigo
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