El que han calificado como “el
mejor verano de nuestra vida” ha estado protagonizado por tres familias de
Montecastelo –24 componentes en total–, que viajaron por toda Europa para
asistir a la Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia (Polonia) con el Papa
Francisco. Hasta salir definitivamente por las carreteras de Europa, el reto
más importante de esta sencilla aventura había sido el organizativo. Tres
matrimonios y 18 niños de entre 4 y 16 años. Conseguir que la aventura no fuera
ni una odisea, ni una locura: ese era el verdadero reto.
“Detrás de estas vacaciones
sobre ruedas había su intendencia. El viaje debía ser económicamente viable
para todos y por eso le dimos mil vueltas al presupuesto, al gasto en
combustible, alojamientos, comidas, etc. Queríamos aprovechar el viaje hacia
Cracovia para conocer también algunas ciudades del centro de Europa. El destino
JMJ nos pareció una estupenda oportunidad para despertar inquietudes en la
sensibilidad y cultura en nuestros hijos”, comenta Evaristo Alonso, Presidente
del APA de Montecastelo y protagonista de esta expedición.
Pero no fue el único reto que
tuvieron que superar: no era fácil el acceso al Campo de la Misericordia, donde
se iba a desarrollar la JMJ, ya que los accesos por carretera estaban cortados.
Finalmente, dando un rodeo lograron llegar todos al lugar para participar en la
vigilia, acampar y pasar la noche y asistir a la Santa Misa del domingo desde
la enorme explanada.
“La semana siguiente la pasamos
haciendo excursiones a los maravillosos lagos, bosques, montañas y castillos de
la zona. Fuimos a Praga, donde pudimos ver su castillo, la catedral, el puente
de Carlos. Paseamos en barco por el río Moldava y rezamos ante el Niño Jesús de
Praga. Pasamos un día en la preciosa Hallsttat (Austria) disfrutando de su entorno
y sus casas de cuento. Conocimos Viena, Salzburgo y la medieval Cesky Krunlov”,
nos comenta José Luis Prieto, otro de los asistentes y organizadores de la
aventura. Fueron unos días de intensa convivencia familiar por toda Europa.
Allí por donde pasaban llamaban la atención por la cantidad de niños de la
expedición y aprovecharon para contarles a todos de dónde venían y por qué
estaban allí. Tanto para niños como para adultos, la opinión es unánime: “ha
sido el mejor verano de nuestra vida”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario